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Las realidades múltiples de la virtualidad

No cabe duda que el mundo de la virtualidad llego para quedarse, es difícil concebir un mundo sin las herramientas digitales que tanto han facilitado nuestra vida.

Cetys Humanidades: Voces y Perspectivas
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por Cetys Humanidades: Voces y Perspectivas

10/03/2024 14:40 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 10/03/2024

Por: Dora Caudillo Ruíz

No cabe duda que el mundo de la virtualidad llego para quedarse, es difícil concebir un mundo sin las herramientas digitales que tanto han facilitado nuestra vida y a la que nos hemos acostumbrado con facilidad. Tratando de entender el funcionamiento de estas nuevas herramientas destacan aquellas que nos permiten la interacción, es decir, aquellas que nos permiten reciprocidad comunicativa, misma que caracterizó a la era de la web 2.0. La interacción se convirtió en la norma comunicativa generando nuevas formas de comprender la realidad.

Constantemente estamos interactuando en un mundo virtual; entendiendo la virtualidad como una apariencia de la realidad que se define como un proceso imaginario asíncrono. A esto, se suma la interacción, la cual consiste en enviar la información de manera bidireccional la cual suele ser generada por el ser humano. En palabras simples, la virtualidad es el escenario y la interacción es lo que se comunica y quién lo comunica. Este modelo comunicativo presenta un distanciamiento entre la realidad tangible y la intangible. Esta última resulta compleja, ya que puede representar diversos significados para quién recibe la información. Esto se puede observar de manera simple en las redes sociales y en plataformas para compartir imágenes e información en general.

El discurso que se utiliza en la vida real en ocasiones no corresponde al del mundo virtual, ¿quién no conoce a una persona que es muy distinta a su perfil en redes? O bien, cuando recibimos información fuera de contexto que nos lleva a diversas interpretaciones. Por ejemplo; plataformas como Instagram que están diseñadas para compartir imágenes y video, permiten diseñar una realidad paralela, sustentada en la libertad del usuario en publicar lo que desee bajo la normativa propia de la aplicación, se pueden generar historias fantásticas e irreales que logran fascinación entre los usuarios creyendo en una realidad aparente, el problema es que nos hemos acostumbrado a esas realidades aparentes de tal modo que resulta difícil saber hasta dónde es "real" o no. 

Ante esta complejidad, se suma la inteligencia artificial (IA) que no solo nos hace dudar de nuestros pensamientos, sino de lo que nuestros propios ojos ven. Llamar real a una cosa significa que ésta se encuentra en cierta relación con nosotros, pero de acuerdo con la teoría, existen varias órdenes de realidades, tal vez un número infinito de ellas, cada una de las cuales tiene su propio estilo especial y separado de la existencia. Se les llama sub universos y se clasifican en el mundo de los sentidos, de las cosas físicas, el mundo de la ciencia, el mundo de las relaciones ideales, el mundo de los ídolos, los diversos mundos de la opinión individual entre otros, es decir, cada quien puede crear su propia verdad/realidad de acuerdo a sus necesidades a partir de lo que se desea o lo que conviene creer.

El problema es que nos encontramos ante la necesidad de comprender distintas realidades paralelas al mismo tiempo; pasamos a la web 2.0 de la interacción, a la web 3.0 que nos da acceso a todo tipo de información interconectada, y hoy nos encontrarnos en la web 4.0 en la que enfrentamos otro nuevo modelo comunicativo; ahora son las maquinas interactúan entre sí. Los avances tecnológicos en la comunicación llegan para quedarse y se van transformando y ajustando de acuerdo a las necesidades del progreso, no hay vuelta atrás, el fenómeno es irreversible. Estamos aprendiendo a interactuar con las maquinas con lo que llaman el internet de las cosas (IoT), por ejemplo, dialogamos con "Alexa" o "Siri" como parte de nuestra cotidianidad.

Estamos enfrentando un dualismo de identidades, tal vez no estamos tan conscientes de ello, pero ya tenemos tiempo haciéndolo; para interactuar en el contexto virtual en relación con nuestra realidad, se requiere de una identidad virtual (diseñada a priori y estática) que está sustituyendo la identidad física (espontánea y cambiante). El punto es, como seres humanos; ¿hasta donde estamos dispuestos a diseñar esta identidad virtual sin perder la noción de nuestra realidad eminente?

Bibliografía:
Schutz, A. (2003). El problema de la realidad social. Buenos Aires: Amorrortu.  

* Profesora del Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades del Sistema CETYS y la Escuela de Humanidades en Campus Tijuana.