VIDEO.- Desesperación migrante: aumenta el riesgo en la frontera
- Activistas advierten que migrantes recurren a métodos más arriesgados, como ocultarse en vehículos o atravesar zonas remotas, ante el incremento de la vigilancia fronteriza.
- El reciente tiroteo en la garita de Otay es visto por expertos como un reflejo de las medidas desesperadas y peligrosas que los migrantes están dispuestos a tomar para llegar a Estados Unidos.
TIJUANA.- Momentos de alta tensión y disparos por parte de agentes fronterizos rompieron la noche del lunes en la garita de Otay. Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos confirmó que tres de sus oficiales abrieron fuego contra un conductor de 59 años, residente de Los Ángeles, de origen hispano. El Departamento de Policía de San Diego está a cargo de la investigación.
"Fue referido a inspección secundaria, cuando se metió a la inspección secundaria no hizo lo que le estaban diciendo, se quiso salir de la secundaria, cuando intentó salirse hacia el norte dio vuelta en el estacionamiento y trató de huir, por el otro lado, saliendo hacia el sur. Los oficiales vieron que estaban en peligro y usaron sus armas de fuego", señaló Tte. Arturo Swadener, detective de homicidios de SDPD.
El hombre, que resultó con heridas leves, fue detenido. Y aunque la autoridad no ha revelado oficialmente el motivo de la huida, para activistas en Tijuana, este incidente es un reflejo de una realidad que no se detiene: el cruce irregular de migrantes, que ante la creciente vigilancia, se vuelve cada vez más arriesgado y desesperado.
"Pues sí, me ha tocado que llevaba un carro, dos personas, abrieron la cajuela y llevaban personas en la cajuela. Entonces, están pasando también en cajuela, ¿verdad?", dijo María Galleta, Dir. Madres Deportadas en Acción.
El flujo migratorio no ha cesado. Lo que ha cambiado, dicen los expertos, son las rutas y las modalidades. El reforzamiento del muro y la mayor presencia de la Guardia Nacional en ambos lados de la frontera han empujado a los migrantes a buscar rutas más peligrosas: por mar, a través de zonas desérticas o con intentos arriesgados en los puertos de entrada.
José María García Lara, director del albergue Juventud 2000, asegura que el problema se ha vuelto menos visible, pero no ha desaparecido.
"Llegan a la ciudad y que ya no se instalan en albergues, sino se instalan en algún hotel o en algunos cuartos, en algunos departamentos, en espera en algún momento de poder cruzar de forma irregular. Quizás por las zonas que se han estado ya con una vigilancia muy fuerte", refirió José María García Lara, Coord. Alianza Migrante de Tijuana.
Esta clandestinidad eleva el peligro. La desesperación, dicen los activistas, es el motor que impulsa a estas personas a arriesgarlo todo.
"Las personas pueden caer realmente con la persona equivocada, donde pueden robarlos, asaltarlos, abandonarlos e incluso hasta secuestrarlos, ¿no? Entonces, creo que eso sigue pasando, no podemos contabilizarlo ni visibilizarlo por el momento hasta que no ocurra una tragedia", agregó.
Mientras las autoridades investigan a fondo lo ocurrido en la garita de Otay, en las calles de Tijuana cientos de historias como estas continúan en silencio, esperando una oportunidad para cruzar, sin importar los crecientes riesgos que esto implique.