VIDEO: Refugiados en Baja California logran ingresar a la escuela pese a trabas burocráticas
TIJUANA.- En Tijuana, cientos de jóvenes refugiados enfrentan una doble lucha: rehacer su vida y continuar sus estudios. En muchos casos, lo más difícil no es encontrar una escuela, sino demostrar que alguna vez estudiaron.
Por eso, autoridades educativas de Baja California y el Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Refugiados (ACNUR) ofrecen en un esfuerzo conjunto para facilitar la revalidación de estudios y el ingreso al sistema educativo, incluso si los jóvenes no cuentan con documentos.
"Hay una serie de desafíos en los trámites, hay una serie de desafíos en la parte legal, particularmente si están saliendo de casa, lamentablemente por un desplazamiento obligado. Particularmente que puedan estar en el sistema educativo sin ningún problema, que tengan un espacio con una identidad apropiada", expresó Luis Gilberto Gallego Cortez, Secretario de Educación de Baja California
Actualmente, Baja California tiene inscritos más de 300 estudiantes en esta condición, aunque el número puede crecer con este nuevo protocolo.
Tijuana, por ser punto fronterizo, concentra a la mayoría.
"Actualmente tenemos poco más de 300 estudiantes con esta característica particular. - ¿De qué niveles? - En todo el sistema educativo.jl Baja California queda muy claro que es un estado receptor de población en contexto de movilidad", dijo Luis Gilberto Gallego Cortez, Secretario de Educación de Baja California
El acceso a la educación no solo es un derecho, sino la base para que las personas refugiadas puedan reconstruir sus vidas.
"El acceso a la escuela es uno de los aspectos fundamentales de su proceso de integración. Muchas veces llegan a un país, como en este caso a México, sin sus documentos, pues esto se vuelve un impedimento para que puedan seguir su educación formal", expuso Giovanni Lepri, Representante de ACNUR en México
El reto no es menor. A la falta de papeles se suma la caída en el financiamiento internacional para albergues y organizaciones civiles que atienden a esta población.
"Menos recursos también hace que todos se vuelvan un poco más creativos. Pero las instituciones públicas tienen que seguir haciendo su parte", comunicó Giovanni Lepri, Representante de ACNUR en México
Una de esas historias es la de Katerine Girón, refugiada salvadoreña que tardó más de un año en poder ingresar a la universidad, a pesar de haber obtenido una beca.
"Me dieron la beca a finales del 2019 y pude empezar la escuela hasta 2021. Actualmente estoy en octavo semestre de Derecho, ya por graduarme", dijo Katerine Girón, Estudiante refugiada
También está Bensadad Pierre Marías, refugiada haitiana, quien cursa un posgrado en Derechos Humanos y explica por qué tantas personas no logran continuar su educación.
"Cuando las personas huyen de su país no tienen, por ejemplo, en cabeza de que me tengo que llevar los papeles para poder estudiar, la primera idea que la persona tiene en su mente que es huir para salvar su vida. Yo desde que llegué aquí, yo quería seguir avanzando con mis estudios", agregó Bensadad Pierre Marías, Refugiada haitiana
La educación se convierte en refugio para quienes lo han perdido todo. No solo abre puertas laborales, sino que brinda identidad, dignidad y un sentido de pertenencia. Y aunque los trámites aún son complejos y los recursos escasos, historias como estas, demuestran que sí es posible reconstruir el futuro, aunque se empiece desde cero.
"En medio de tanta incertidumbre, la educación se convierte en un ancla. Para muchos jóvenes refugiados, como Katerine o Bensadad, el aula no solo es un espacio de aprendizaje... es el primer lugar donde volvieron a sentirse seguros", expresó Alberto Elenes, Reportero