por Ángel Ramírez
17/12/2025 13:59 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 16/12/2025
TIJUANA.- El director y fundador del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, señaló que el conflicto por los escurrimientos de aguas residuales desde Tijuana hacia el norte de la frontera es un problema que se arrastra desde hace décadas y que refleja una paradoja ambiental entre México y Estados Unidos, países que, dijo, comparten ecosistemas más allá de cualquier límite político.
Zavala Álvarez explicó que la naturaleza ha obligado a ambas naciones a convivir dentro de cuencas aéreas e hidrológicas comunes, así como a compartir flora y fauna que cruza la frontera con mayor o menor dificultad, incluso pese a la fragmentación que representa el muro fronterizo. En ese contexto, recordó que existen leyes inamovibles, como la ley de gravedad, que determinan el flujo natural del agua, haciendo inevitable que ríos como el Tijuana o el Río Nuevo drenen hacia territorio estadounidense.
El especialista subrayó que esta condición natural no puede modificarse y que, por ello, los problemas de manejo del agua en la frontera requieren soluciones responsables y coordinadas. Recordó que históricamente han existido conflictos hídricos entre ambos países, como los adeudos de agua entre México y Estados Unidos en las cuencas del Río Bravo y el Río Colorado, regulados por el tratado de 1944 y sus ajustes periódicos.
Al aterrizar el tema en el ámbito local, Zavala Álvarez destacó que los escurrimientos de aguas residuales de Tijuana terminan arrastrando basura, lodos y contaminantes hacia Imperial Beach, una de las zonas ecológicamente más sensibles del Pacífico estadounidense y uno de los pocos sistemas de marismas que aún subsisten en esa región. En ese sentido, enfatizó que quienes habitan y operan dentro de la cuenca del río Tijuana deben asumir una responsabilidad directa sobre la salud ambiental de estos espacios.
Finalmente, el director del CIGA reconoció que los sistemas de drenaje y recolección de aguas residuales en Tijuana han permanecido por décadas con mantenimiento insuficiente, ya sea por falta de presupuesto o por tratarse de infraestructura poco visible. Señaló que cuando un colector colapsa, los residuos terminan inevitablemente, por la topografía y la gravedad, en los cauces que drenan hacia el norte, ya sea por zonas como El Matadero, Los Laureles, los canales pluviales o el propio río Tijuana canalizado.