Insomnio: el enemigo silencioso del descanso y cómo prevenirlo
TIJUANA.- Dormir bien es importante para la salud, sin embargo cada vez más personas enfrentan noches de insomnio, un trastorno que afecta el bienestar físico, mental y emocional. El insomnio no solo implica dificultad para dormir, sino también la imposibilidad de mantener un sueño profundo y reparador, lo que puede derivar en fatiga, irritabilidad, pérdida de concentración y otros problemas más graves a largo plazo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 40% de la población mundial adulta reporta problemas para dormir de forma regular. En México, al menos uno de cada tres adultos presenta síntomas de insomnio, de acuerdo con un estudio realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El estilo de vida moderno: un factor clave
El tipo de vida que se lleva actualmente es uno de los principales detonantes del insomnio. La cultura de la productividad excesiva, los horarios laborales extendidos, el uso constante de dispositivos electrónicos y la falta de pausas durante el día contribuyen a alterar el ritmo biológico natural.
La exposición a pantallas, la sobrecarga de estímulos, el sedentarismo y la falta de límites entre la vida laboral y personal afectan directamente la calidad del sueño. Muchas personas trabajan hasta altas horas de la noche, revisan redes sociales en la cama y duermen con el celular cerca, lo que interfiere con la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
Tipos de insomnio y consecuencias
El insomnio puede clasificarse por su duración y forma de manifestarse. Cuando dura unos días o semanas, se considera agudo y suele estar relacionado con eventos estresantes; si persiste por más de tres meses, se trata de insomnio crónico, con causas más profundas. En cuanto a su forma, puede ser de conciliación (dificultad para quedarse dormido), de mantenimiento (despertares constantes durante la noche) o terminal (despertar muy temprano sin poder volver a dormir). Cualquiera de estas variantes puede afectar el rendimiento académico o laboral, generar alteraciones en el estado de ánimo, aumentar la probabilidad de accidentes y, a largo plazo, contribuir al desarrollo de enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 o padecimientos cardiovasculares.
Algunas investigaciones también relacionan el insomnio crónico con un mayor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
¿Cómo prevenir el insomnio?
Para prevenir el insomnio o mejorar la calidad del sueño, es recomendable establecer una rutina constante de descanso, reducir el uso de pantallas antes de dormir, evitar el consumo de cafeína por la noche y procurar ambientes adecuados para el sueño. También es importante separar la vida laboral del espacio personal, incorporar actividades relajantes en la noche y buscar apoyo profesional si los síntomas persisten. En muchos casos, el tratamiento no requiere medicación, y una intervención oportuna puede evitar que el problema se agrave.
Dormir no es un lujo: es una necesidad biológica. Adoptar buenos hábitos de sueño, cuidar la salud mental y atender los factores que interrumpen el descanso puede marcar la diferencia en la calidad de vida de millones de personas.