17/06/2025 09:50 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 13/06/2025
TIJUANA.- Con la llegada del Día del Padre, muchos miramos hacia atrás con gratitud por quienes nos enseñaron a caminar, a esforzarnos y a ser quienes somos. Hoy, ese amor se transforma en cuidado. Pero cuidar, de verdad, implica mucho más que buena intención: exige preparación, esfuerzo físico, paciencia y una profunda responsabilidad emocional.
En muchos hogares mexicanos, uno de los hijos o hijas se convierte, sin planearlo, en el cuidador principal. Sin capacitación, sin herramientas y, muchas veces, sin tregua.
"No sabía que cargar a mi padre sin una faja me iba a provocar una lesión en la espalda. Lo hacía por amor, pero no sabía que también tenía que cuidarme yo", comparte Esteban García, de 38 años.
El cuidado en casa transforma los espacios, las rutinas y la vida entera. Donde antes había una sala, ahora hay una silla de ruedas; donde antes había un pasillo libre, hoy hay barras de apoyo.
Claves prácticas para el cuidado diario:
- Establecer rutinas de movilidad para evitar atrofias y caídas.
- Utilizar apoyos funcionales: cojines, sillas higiénicas, andaderas.
- Atender el bienestar emocional: escuchar, leer, compartir momentos.
- Contar con un botiquín básico: oxímetro, termómetro, tensiómetro.
- Cuidar al cuidador: usar faja, tomar pausas, pedir apoyo familiar.
"Me dolía ver a mi abuelo todo el día en la misma silla. Le pusimos ruedas y cojines, y ahora vamos al parque cada tarde", relata Ana Sofía, de 26 años.
En México, más del 60 % del cuidado a personas mayores recae en mujeres. El desgaste es real, aunque muchas veces invisible. Reconocer que cuidar es un trabajo —con todo lo que eso implica— es un paso esencial hacia una cultura de respeto y corresponsabilidad.
Cuidar es un acto de amor. Pero también es una labor que merece apoyo, conocimiento y reconocimiento.
