por Octavio Fabela
07/07/2025 12:50 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 04/07/2025
TIJUANA.- Los programas de rehabilitación para personas con adicciones enfrentan bajos niveles de éxito debido a que no son lo suficientemente largos como para revertir el daño neurológico y emocional provocado por el consumo de estupefacientes.
Pedro Uriarte, neuropsicólogo especialista en adicciones, advirtió que los tratamientos que ofrecen los centros de rehabilitación suelen ser insuficientes para lograr una recuperación sostenida de los pacientes.
"El cerebro, simplemente para restaurarse, requiere de dos a tres años aproximadamente. En la mayoría de los casos, la familia solo cuenta con el presupuesto o la disposición para internarlo de seis a nueve meses", comentó.
Apuntó que mientras no se promuevan programas integrales y se transforme la percepción cultural, los índices de recaída continuarán siendo altos en ciudades como Tijuana donde los pacientes son atendidos por consumo de fentanilo combinado con metanfetaminas.
"Lamentablemente es algo que va creciendo y, de acuerdo a nuestra cultura, es algo que no va a parar", dijo.
Explicó que la mayoría de los pacientes que ingresan a centros de rehabilitación eventualmente recaen, y no por falta de voluntad individual, sino por una influencia cultural que normaliza el fracaso como parte del proceso.
"Muchas veces se espera que en nueve o doce meses se pueda reparar lo de diez años de consumo. Estamos en una desproporción."
Indicó que entre 50 y 60 por ciento de quienes reciben tratamiento en estos espacios recaen una y otra vez y que muchas personas llegan a acumular hasta 50 internamientos a lo largo de su vida, sin lograr estabilidad fuera del centro.
"Para que una persona pueda restaurar su eje, lo primero es desintoxicarse. Luego necesita analizar qué lo tiene configurado: qué experiencias, qué traumas, qué defectos de carácter, qué heridas emocionales", aseguró.
"El pasado no se supera, se resignifica. Llegar a esa conversión de la psique misma no depende solo de la psicología o de la psiquiatría, sino también de la voluntad."
Esta situación, dijo, es reflejo de una cultura que no fomenta una visión trascendente de la recuperación, sino una repetición de caídas como parte del ciclo porque la salud mental suele ser confundida con la ausencia de enfermedades, cuando en realidad se trata de la capacidad de tener una vida plena, con propósito y conexión.
"Venimos de una cultura donde la voluntad por superarse no existe. La cultura mexicana es muy dada a victimizarse y revictimizarse", finalizó.
