VIDEO.- Huir de la violencia en Guatemala para sobrevivir: la odisea de una familia migrante en México

BAJA CALIFORNIA.- Sus rostros permanecen en el anonimato para protegerlos, pero su historia da voz a una realidad brutal. Son una pareja originaria de Guatemala. Allá tenían una vida estable, un hogar. Nunca contemplaron migrar, hasta que la violencia los alcanzó de la forma más directa: él fue el único testigo de un homicidio. Su decisión de cooperar con las autoridades, en lugar de traer justicia, les trajo una sentencia de muerte por parte de las pandillas.

"Lastimosamente en Guatemala las pandillas trabajan con la policía y con las autoridades. Ya después ellos me andaban buscando, me intentaron matar en tres ocasiones, me dispararon. La última vez que ellos me dispararon, me fui a chocar en mi carro y me fracturé el pie y ahí fue pues donde optamos ya a salir huyendo de Guatemala", comentó Padre de familia originaria de Guatemala

Con sus dos hijos, quienes desconocían la gravedad de la situación, huyeron buscando refugio en México. Pero el calvario apenas comenzaba. Al llegar a Chiapas, se toparon con la corrupción de la autoridad migratoria, que en lugar de protegerlos, los vio como una oportunidad.

"En Chiapas, un agente que era de migración, pues básicamente nos retuvo, secuestrados por robarnos dinero, nos robó el dinero que llevábamos. Y a pesar de que nosotros entramos a México con la tarjeta de visitante regional, nos quería deportar, haciéndonos creer que nos podía deportar y nos robó el dinero que nosotros teníamos. Nos separaron, a mi esposa la mandaron a Tabasco creo, y a mí me movieron para Tuxtla a un albergue con mi hija, y a ella la separaron con mi hijo", agregó Padre de familia originaria de Guatemala

Tras superar ese obstáculo y ya con el reconocimiento de refugiados, fueron reubicados en Guadalajara. Pensaron que podrían empezar de nuevo, pero cayeron en el territorio del Cártel Jalisco Nueva Generación, quienes los extorsionaban simplemente por ser extranjeros. El miedo los obligó a huir una vez más.

"En Guadalajara, lastimosamente caímos en manos del Cártel Jalisco Nueva Generación y ellos nos cobraban piso solo por ser extranjero. No sé cómo es que ellos hacen para acceder en dónde están... los del Cártel Jalisco Nueva Generación, porque ellos son los que rigen ahí en Jalisco. Y así fue como nos lo dijo la persona que llegó a pedirnos el dinero a la casa, porque llegaron directamente a la casa a tocarnos", dijo Padre de familia originaria de Guatemala

Su último destino fue Tijuana. Aquí, la amenaza vino de un compatriota que, tras ofrecerle trabajo, intentó obligarlo a vender drogas. Al negarse, las amenazas de muerte regresaron. Desesperados y sin un lugar a dónde ir, fueron contactados por la ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, quienes los canalizaron a Aldeas Infantiles SOS, un lugar que finalmente les ha dado la paz que tanto buscaron, aunque sea de manera temporal.

"Y aquí en Aldeas mis hijos y nosotros nos sentimos seguros. El cual no salimos... mi esposo tiene que salir para sustentarnos, él al salir ya corre peligro... Nosotros tratamos de que la vida sea normal delante de ellos. Salir, llevarlos a un helado, comer un helado, ver películas con ellos... Anoche estábamos, recolectamos higos acá que hay árbol de higos con mis hijos y hicimos una mermelada de higo. En la tarde habíamos hecho un flan. Entonces tratar de hacer ese tipo de cosas con ellos para que ellos sientan su normalidad", explicó Padre de familia originaria de Guatemala

Aldeas Infantiles SOS se ha convertido en un santuario para familias como esta. No es un albergue tradicional, sino un espacio diseñado para reconstruir vidas rotas por la violencia y el desplazamiento forzado, ofreciendo un modelo de cuidado familiar.

"Nosotros no nos vemos como una organización que solamente asiste, nosotros desarrollamos familias. Y para el desarrollo de esas familias se requieren múltiples apoyos, incluidos la terapia psicológica, el acompañamiento y las oportunidades también escolares y laborales en este caso... No somos un servicio en el inmediato, lo que tratamos de hacer es que por lo menos permanezcan con nosotros quizá un promedio de tres meses en los cuales podamos analizar su situación legal, dar soporte médico, educativo y sobre todo, en el caso de los jóvenes que pudieran estar ya cercanos a la mayoría de edad, ofrecer un plan de vida y carrera", comunicó Diana Rosales Espinoza, Directora de Aldeas Infantiles SOS México

La directora nacional de la organización explica que cada caso es único y requiere un plan integral, especialmente en una frontera tan compleja como Tijuana, donde convergen migrantes de todo el mundo, cada uno con una historia y una necesidad diferente.

"¿Qué se hace? Primero se hace todo un proceso de diagnóstico donde nosotros analizamos pues ser la mejor opción para ellos en esta transición que ellos están atravesando. El caso, por ejemplo, del idioma que comentas, por supuesto que es un reto. Hemos tenido familias extranjeras, tenemos familias de Haití, Filipinas, donde pues el idioma es una barrera y ¿qué hacemos? Bueno, muchos de nuestros colaboradores pues manejan el idioma inglés, tratamos de buscar también alianzas para que puedan tener procesos terapéuticos por lo menos en este idioma que permitan sanar estas heridas con las que ellos vienen", añadió Diana Rosales Espinoza, Directora de Aldeas Infantiles SOS México

Para esta familia, el futuro es incierto. Su única intención siempre fue vivir en paz en su país, pero la violencia los expulsó. Hoy, mientras sus hijos juegan y ríen, ajenos a la verdadera razón de su viaje, ellos viven un día a la vez, agradecidos por la seguridad encontrada, pero con la herida abierta de un hogar que les fue arrebatado.