por Alberto Elenes
12/11/2025 10:45 / Uniradio Informa Baja California / Reportajes especiales / Actualizado al 12/11/2025
- Mientras Estados Unidos honra a sus fuerzas armadas, veteranos que sirvieron al país viven en el exilio, deportados en México.
- Es el caso de Jesús Galván, un Marine que sirvió 6 años, quien hoy vive en un albergue en Tijuana, sintiéndose traicionado por la nación que creía suya.
TIJUANA.- Este 11 de noviembre, Estados Unidos conmemoró su Día de los Veteranos. Fue una jornada de discursos, desfiles y agradecimientos a quienes sirvieron en las fuerzas armadas.
Pero a cientos de kilómetros de esos homenajes, en Tijuana, el honor suena hueco.
Aquí encontramos a Jesús Galván, un veterano de los Marines, escuchando un discurso del presidente Donald Trump sobre la importancia de cuidar a quienes sirvieron.
La reacción de Jesús es de dolor e incredulidad.
"Yo pienso que él está diciendo mentiras. Es muy racista el señor ese. Como es rico, no le importan los pobres, no le importan los veteranos. Es de dos caras el señor. ¿Cómo no viene acá a ver... mire dónde vivo? Vivo en un albergue, soy 'homeless', estoy sin casa. No tengo dinero, no tengo ropa, mis zapatos están todos rompidos. ¿Cómo no viene a ver eso? Si le importamos tanto", expresó Jesús Galván, veterano deportado.

Jesús Galván no es solo un crítico; es la prueba viviente de lo que denuncia. Nacido en Chihuahua, fue llevado a Estados Unidos cuando tenía solo un año y medio. En 1971, a los 18 años, se enlistó en el Cuerpo de Marines.
Sirvió durante seis años. Como todo recluta, hizo un juramento solemne.
"(Leyendo el juramento en inglés) I, Jesús Galván, do solemnly swear that I will support and defend the Constitution of the United States against all enemies, foreign and domestic... Ese es para que usted lo metan en el servicio, y está diciendo que usted va a hacer todo lo posible por el país, por el presidente y las gentes arriba de uno. - ¿Tú hiciste ese juramento? - Sí, y fue cuando me dijeron que 'You're now a citizen'. Ahora eres ciudadano", agregó.

Pero esa ciudadanía nunca fue real. Jesús vivió casi 74 años en Estados Unidos, creyendo que su servicio militar le garantizaba su nacionalidad. Nunca nadie, ni sus reclutadores, le advirtió que debía completar un trámite de migración.
"Yo soy mexicano y les dije, yo soy mexicano, no, no importa, ya no eres mexicano, ya eres ciudadano americano, y ahora te llamas 'Yisus', ya no te llamas Jesús, porque estás en los Estados Unidos. Ni los Marines me dijeron, 'Oh, todavía tienes que seguirle, seguir a estas cosas'. Nunca me dijeron", señaló Jesús.
Hace poco más de un año, tras un problema legal menor, una jueza determinó que lo único que importaba era su estatus migratorio. Fue detenido en junio y deportado en diciembre del año pasado.
Llegó a Tijuana, un país que no conocía, sin nada.

"Me quería matar. Estaba 'thinking about bad things', que podría hacer yo, no quería estar aquí. Estaba muy lastimado, como que un country me echó pa' fuera como un vómito, así me sentí. Me dolió mucho que se portaran así conmigo. No me dejaron nada. Ni mi ID, nada. Ni mi licencia, ni nada. No más mi bastón, mi 'wheelchair' y mi 'walker'", dijo.
Ahora, Jesús batalla contra la ciática, dolores de espalda y la dificultad de encontrar trabajo a su edad. Sobrevive gracias al apoyo de activistas como "Mary Cookie", quien dirige el refugio "Madres Deportadas en Acción" y, paradójicamente, también es madre de un veterano estadounidense.

"Pues mira, yo empecé a trabajar con veteranos, hace más de 20 años. Cuando él llegó, pues estaba un poco triste, deprimido y ahora ya empieza a salir mejor. Parte de dejar la depresión es empezar a conocer personas y platicar y salirse de la misma rutina", refirió Mary Cookie, activista.
La historia de Jesús es la de cientos de veteranos deportados. Hombres que escribieron un cheque en blanco a Estados Unidos, arriesgando su vida, y que ahora viven abandonados por ese mismo país.
