por Redacción
11/06/2025 21:04 / Uniradio Informa Baja California / Gobierno / Actualizado al 11/06/2025
Los Ángeles, California.— A medida que el expresidente Donald Trump intensifica su despliegue militar en el sur de California —federalizando a 4,000 miembros de la Guardia Nacional y enviando 700 infantes de Marina—, un creciente número de veteranos de las Fuerzas Armadas está alzando la voz en contra de lo que califican como una medida innecesaria, peligrosa y autoritaria.
Diversas figuras con trayectoria militar han manifestado su rechazo al uso de tropas activas en calles estadounidenses, particularmente sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom, lo que, según expertos, representa una violación directa a la soberanía estatal y al orden constitucional.
"Este despliegue no es sobre seguridad pública, es un espectáculo político para sembrar temor," declaró Janessa Goldbeck, veterana de la Infantería de Marina y asesora principal de VoteVets. "No es normal, no es necesario y no es barato. El uso de tropas contra ciudadanos estadounidenses es la antesala del autoritarismo."
Shawn VanDiver, veterano de la Marina y fundador del capítulo de San Diego del Truman National Security Project, señaló que "pedir a los militares que actúen contra su propio pueblo es una traición al juramento que hicimos. Esto erosiona la moral, daña la preparación y transforma a nuestras fuerzas armadas en herramientas de control político."
La crítica también se extiende a la legalidad del acto. El memorándum presidencial emitido el 7 de junio, en el que Trump intenta federalizar tropas sin el consentimiento del gobernador, viola la Constitución y la autoridad que otorga el Título 10, que exige aprobación estatal para movilizar milicias.
Peligros de una militarización innecesaria
La decisión de desplegar la Guardia Nacional y Marines a Los Ángeles ha sido ampliamente rechazada por expertos de seguridad y líderes comunitarios. Desde veteranos de Irak y Afganistán hasta líderes de organizaciones de veteranos y familias militares, el consenso es claro: la medida es una provocación peligrosa que pone en riesgo a civiles y socava el propósito original de las fuerzas armadas.
Naveed Shah, del grupo Common Defense, afirmó que "los militares deben defender la nación, no patrullar nuestras calles."
Chris Purdy, veterano del Ejército y CEO de The Chamberlain Network, agregó que la presencia de tropas "aumenta la tensión, debilita a las fuerzas del orden locales y daña la confianza pública."
Kyle Bibby, ex capitán de la Infantería de Marina y codirector del Black Veterans Project, denunció la medida como "una toma de poder peligrosa que contradice todo lo que los líderes con verdadero honor representan."
Impacto social y legal
Desde que comenzaron las protestas, se ha evidenciado el efecto contraproducente de la militarización. El sábado previo al despliegue federal, había poco más de 250 manifestantes. El domingo, tras la llegada de la Guardia Nacional, el número superó los 3,000, lo que indica que la presencia militar ha intensificado la protesta en lugar de contenerla.
Además, informes indican que estas tropas están siendo utilizadas para asistir a ICE en tareas de detención, una función prohibida por la Constitución y las leyes que rigen la relación entre fuerzas militares y autoridades civiles.
Libby Jamison, familiar de militares de la Marina, expresó su preocupación por el impacto emocional en las familias: "Nuestros seres queridos no firmaron para esto. Usarlos contra ciudadanos rompe la confianza en quienes dan todo por este país."
Chef Basil Kimbrew, presidente del Caucus de Veteranos del Partido Demócrata, fue enfático: "Defendemos a nuestro país, no lo atacamos desde adentro. Esta es una señal de autoritarismo, y estamos entrenados para combatir precisamente eso."
California responde
Mientras el presidente Trump continúa defendiendo su acción, el estado de California ha intensificado el despliegue de fuerzas del orden locales y estatales para garantizar la seguridad pública y reparar el caos generado por el gobierno federal. Actualmente, la Guardia Nacional permanece apostada frente a edificios federales, pero son las fuerzas locales quienes están haciendo el trabajo operativo.
"En California, la seguridad no se logra con espectáculos autoritarios," concluyó el gobernador Newsom. "Seguiremos trabajando para proteger a nuestras comunidades, sin militarizar nuestras calles."
