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Economía social y empoderamiento femenino

Las mujeres a lo largo y ancho del mundo, han sostenido a la comunidad desde sus diversos roles, soportando el peso aplastante del actual sistema que día con día arrasa los modos de vida existentes que no se adaptan al modelo y a la extracción predominante.

De la idea al negocio
De la idea al negocio Una columna colectiva de Cetys

por De la idea al negocio Cetys

14/07/2025 18:34 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 14/07/2025

Por: Leidy Tatiana Salcedo Alvarez & Milena Sorzano Rodríguez

Las mujeres a lo largo y ancho del mundo, han sostenido a la comunidad desde sus diversos roles, soportando el peso aplastante del actual sistema que día con día arrasa los modos de vida existentes que no se adaptan al modelo y a la extracción predominante. Esto se ha enraizado en los territorios olvidados, negando la justicia social, ecológica y el bienestar común. Es desde ahí, desde el campo, desde la urbe, desde las zonas empobrecidas y marginadas donde se gesta una propuesta emancipadora, que reconoce a la vida como el elemento transversal y propone otro tipo de economía acorde a los retos de hoy.

Tal como lo han demostrado mujeres en Colombia y México, con iniciativas como la  Cooperativa de Textiles en Chiapas (Mx), las Redes de Productoras de Miel en Yucatán (Mx), los colectivos de personas migrantes en Tijuana (Mx), la Asociación de Mujeres Productoras de Esencias de la Paz en Caquetá (Col), el Laboratorio Urbano de Prácticas Artísticas para la Paz en Santander (Col), entre muchas otras, entretejen producción solidaria, y desde la praxis plantean alternativas no solo económicas, sino también acciones políticas para transformar sus territorios, desde una perspectiva feminista, justa y situada.

Y precisamente no es casualidad que estas propuestas florezcan allí, entre la riqueza cultural de los espacios latinoamericanos, donde las brechas y las desigualdades han sido factores determinantes en la configuración de condiciones para las mujeres, que paradójicamente son quienes se han organizado y han creado alternativas productivas basadas en la soberanía alimentaria, la agroindustrialización y el comercio justo, demostrando que frente a la complejidad social, la fortaleza comunitaria y la economía solidaria emergen como formas de dignidad y supervivencia.

En este sentido, la academia también es un actor, que al diseñar iniciativas como el proyecto "Impulsa Mujer", reconoce la importancia de la investigación y de la comprensión en el entendimiento que no puede hablarse de bienestar, sin existir justicia de género, fortaleciendo las capacidades productivas que pueden ejercer en los emprendimientos agrícolas sostenibles de las que son responsables, integrando los saberes locales con herramientas innovadoras con enfoque comunitario. A la vez, su metodología participativa, basada en el "sentipensar", prioriza los conocimientos situados sobre las fórmulas prefabricadas de desarrollo, demostrando que cuando las propias comunidades lideran los procesos de formación, los resultados van más allá de lo productivo para convertirse en actos políticos de reexistencia.

Su doble dimensión transformadora, por un lado, genera alternativas económicas concretas que mejoran los ingresos familiares, por otro, cuestiona las estructuras de poder que han marginado históricamente a las mujeres rurales al vincular emprendimiento con reconstrucción del tejido social. Es necesario, poner en la mesa de conversación, el hecho de que hay alternativas económicas viables que surgen desde quienes han resistido en silencio el costo de la desigualdad. Su valor no se mide solo en cifras de capacitación, sino en su capacidad para inspirar procesos similares en otros territorios, demostrando que otra economía es posible cuando se construye desde los saberes, necesidades y sueños de quienes históricamente fueron excluidos de los diseños de desarrollo. 

Finalmente, esto es una invitación a trascender lo local para sumarse a un movimiento global que está redefiniendo el concepto mismo de economía, mostrando que los caminos hacia la paz y la justicia social pasan necesariamente por el reconocimiento y fortalecimiento de estas iniciativas lideradas por mujeres.

Estos elementos integrados por diferentes actores, pueden convertirse en un eslabón más de esas redes invisibles donde mujeres en toda América Latina están tejiendo nuevas economías, que ponen la vida en el centro. 

*Leidy Tatiana Salcedo Alvarez, Becaria y estudiante de Uis, Colombia, y Milena Sorzano Rodríguez (Investigadora principal, académica de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Tijuana.