
por WEB
04/06/2025 11:27 / Uniradio Informa Baja California / Salud / Actualizado al 04/06/2025
Al elegir un perfume, muchas personas se guían por la primera impresión: si les agrada o no el aroma. Sin embargo, detrás de esa sensación hay todo un sistema estructurado de clasificación que explica por qué un perfume nos resulta familiar, refrescante, elegante o seductor.
Este sistema se basa en las familias olfativas, un conjunto de categorías que agrupan las fragancias según sus notas predominantes y la forma en que evolucionan sobre la piel. Comprender estas familias permite elegir con mayor precisión un perfume que realmente se adapte a nuestra personalidad, entorno o estilo de vida.
Por ejemplo, productos como la loción Azzaro suelen incluirse dentro de una familia específica que define su carácter y duración, y esa categoría influye directamente en cuándo y cómo conviene usarla.
¿Qué son las familias olfativas?
Las familias olfativas agrupan perfumes que comparten características similares. Esta clasificación se basa principalmente en el tipo de notas que predominan y cómo se comportan con el tiempo. Así como la música se organiza en géneros, las fragancias también tienen sus propias categorías, que nos ayudan a identificar más fácilmente qué tipo de aroma estamos explorando.
Cada perfume está compuesto por una combinación de notas de salida, corazón y fondo, y según cuál sea su estructura dominante, se lo clasifica en una familia determinada. Esto permite entender de antemano qué sensaciones transmitirá el aroma y cómo se percibirá en distintas etapas del día.
Familia cítrica: frescura inmediata
Los perfumes de la familia cítrica se caracterizan por ofrecer una sensación de frescura, limpieza y ligereza, gracias a ingredientes como el limón, la bergamota, la naranja o la mandarina. Suelen ser muy versátiles y funcionan bien en climas cálidos o durante actividades diurnas.
Son aromas que transmiten dinamismo, por eso son ideales para personas activas, espontáneas o que prefieren perfumes no invasivos. Aunque su frescura los hace agradables al instante, también tienden a tener una menor duración, lo que requiere aplicaciones adicionales si se busca mantener el efecto por muchas horas.
Familia floral: elegancia y romanticismo
Esta es una de las familias más amplias, especialmente popular entre las fragancias femeninas. Su base son las flores naturales como el jazmín, la rosa, el lirio o la peonía. Puede presentarse en versiones monoflorales (centradas en una sola flor) o bouquets (combinaciones florales).
Las fragancias florales suelen evocar sensaciones delicadas, románticas o femeninas, y se adaptan tanto a contextos casuales como a ocasiones más formales. Dependiendo de los ingredientes que las acompañen, pueden tener un toque empolvado, verde o incluso dulce.
Este tipo de perfumes suele ser elegido por personas que valoran la elegancia clásica, pero también hay opciones más modernas dentro de esta familia, que incorporan acordes frutales o especiados para darles un giro contemporáneo.
Familia amaderada: profundidad y carácter
Las fragancias amaderadas se reconocen por su calidez y profundidad. Están construidas sobre notas como el sándalo, el cedro, el vetiver o el pachulí, y en muchos casos incluyen musgo o ámbar.
Este tipo de perfumes suele asociarse con una personalidad firme, madura y con seguridad. Funcionan muy bien en climas frescos o durante la noche, ya que tienden a proyectar con intensidad sin ser invasivos.
Familia oriental: sensualidad y misterio
Los perfumes orientales se caracterizan por ser envolventes, dulces, cálidos y a menudo seductores. Utilizan ingredientes como vainilla, resinas, canela, incienso, ámbar o almizcle, en combinaciones que crean un efecto duradero y sofisticado.
Son perfumes que tienen una gran fijación y estela, por lo que no pasan desapercibidos. Por esta razón, muchas veces se los reserva para eventos especiales o salidas nocturnas, donde se busca dejar una impresión marcada.
Este tipo de fragancias suele atraer a personas que disfrutan de aromas intensos, sensuales y con personalidad. También es una familia ideal para el invierno o los días fríos, donde su riqueza se expresa en todo su esplendor.
Familia fougère: equilibrio clásico
Fougère, que en francés significa "helecho", es una familia que combina notas aromáticas frescas como la lavanda y la bergamota, con un fondo de musgo de roble, tonka o cumarina. Es muy común en perfumes masculinos, ya que transmite una sensación de limpieza, virilidad y elegancia discreta.
Su estructura suele ser armónica y equilibrada, por eso muchas fragancias de oficina o uso diario pertenecen a esta categoría. La familia fougère permite mantener una presencia sutil pero efectiva, sin necesidad de recurrir a notas muy invasivas. Es ideal para quienes buscan un perfume que se adapte a diferentes entornos, sin dejar de expresar personalidad.
Cómo influye la familia olfativa en tu elección
Saber a qué familia pertenece un perfume permite anticipar cómo se comportará en la piel, qué sensación dejará al ambiente y cuál será su duración aproximada. También ayuda a elegir una fragancia que se alinee con la ocasión, el clima o incluso el estado de ánimo.
Por ejemplo, si vivís en una ciudad calurosa y buscás un perfume para usar durante el día, es probable que una familia cítrica o aromática funcione mejor. En cambio, si tu objetivo es encontrar un perfume para la noche o el invierno, las familias orientales o amaderadas suelen ser las más adecuadas.
El estilo personal también juega un papel clave. Algunas personas prefieren aromas frescos y ligeros, mientras que otras se sienten más cómodas con perfumes densos, dulces o especiados. La familia olfativa actúa como un filtro útil para reducir opciones y elegir con más criterio.
Perfumes y piel: cómo cambia la percepción
Más allá de la familia a la que pertenece una fragancia, hay que tener en cuenta que cada piel reacciona de manera distinta. El pH, la hidratación natural y la temperatura corporal influyen en cómo se perciben las notas.
Un perfume amaderado puede resultar seco en una persona y cremoso en otra. Del mismo modo, una fragancia cítrica puede perder su frescura rápidamente si el pH de la piel no lo favorece. Por eso, lo ideal es probar el perfume sobre la piel y no en papel, y dejar que se desarrolle durante al menos una hora antes de tomar una decisión.
También influye la manera en que se lo aplica: puntos de pulso, cantidad, tipo de ropa, etc.
El perfume como extensión de la identidad
Elegir una fragancia no debería ser un acto apresurado. Al fin y al cabo, el perfume deja una huella invisible, pero muy poderosa, que muchas veces se asocia con recuerdos, estados de ánimo y experiencias personales. Es una forma de expresión no verbal que dice mucho de quien la lleva.
Por eso, conocer las familias olfativas y cómo influyen en la elección de un perfume es clave para tomar decisiones más acertadas, evitar compras impulsivas y disfrutar realmente del aroma que se elige como parte del día a día. Cada perfume es una composición compleja que, bien elegida, puede transformarse en un sello distintivo.