Columnas

"Llegamos todas"

La agenda feminista de Claudia Sheinbaum
El Colef El Colegio de la Frontera Norte
El Colef 30-12-2025

Ana Claudia Coutigno [1]

Mucho se ha dicho sobre la gestión administrativa de Claudia Sheinbaum. Considero que la especial atención y responsabilidad que recibe el gobierno federal se explica, principalmente, por nuestra cultura política presidencialista. Por ello, todo lo bueno y lo malo que sucede en el país, se lo atribuimos al Gobierno Federal. Un ejemplo es el problema de la desigualdad y la violencia en contra de las mujeres.

Cuando asumió el cargo de presidenta de la República, Sheinbaum utilizó la frase "No llego sola, llegamos todas". Esta declaración no solo fue simbólica, sino que implicó una promesa política de gran calado: que el acceso de una mujer a la titularidad del Poder Ejecutivo implicaría un desplazamiento real de las estructuras históricas de exclusión que han marcado la vida de millones de mujeres en México.

A un año de aceptar el mandato, la presidenta ha materializado la frase de diferentes maneras. Desde su llegada envió un paquete de reformas para la igualdad, en donde se incluyeron cambios constitucionales y legales. Las reformas constitucionales publicadas el 15 de noviembre de 2024 incluyeron, entre otras cuestiones: la incorporación la igualdad sustantiva y la prohibición de la violencia contra las mujeres; la utilización de la perspectiva de género en las tareas de seguridad pública y de procuración de justicia; la obligación para las entidades federativas de crear fiscalías de investigación de delitos relacionados con las violencias de género contra las mujeres; y la igualdad salarial.

Otra de las acciones más destacables es la creación de la Secretaría de las Mujeres que asumió las labores del Instituto Nacional de las Mujeres y de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Por ejemplo, aunque el extinto Instituto Nacional de las Mujeres ya había empezado a poner en marcha la construcción de un Sistema Nacional de Cuidados, esta administración ha avanzado en su implementación. Este Sistema ha sido concebido como una política de Estado orientada a redistribuir el trabajo de cuidados que históricamente ha recaído de manera desproporcionada en las mujeres. Aunque su implementación aún enfrenta desafíos presupuestales y de coordinación interinstitucional, su impulso, en sí mismo, representa un cambio de paradigma: el cuidado deja de ser un asunto privado para convertirse en una responsabilidad pública.

Desde el ámbito económico, se ha comenzado a implementar la Pensión Mujeres Bienestar, dirigida a mujeres de 60 a 64 años. Este programa reconoce una realidad largamente ignorada: millones de mujeres dedicaron su vida al trabajo doméstico y de cuidados sin acceso a jubilación ni pensión.

Reconocer los avances no significa afirmar que "llegamos todas". Aún persisten brechas profundas que atraviesan el género, la clase social, la etnia, la edad y el territorio. Las mujeres indígenas, por ejemplo, continúan enfrentando barreras estructurales para acceder a la justicia, a los servicios de salud y a los programas públicos, incluso cuando estos se diseñan bajo el discurso de la igualdad.

Además, la violencia contra las mujeres sigue siendo un problema grave. A pesar del fortalecimiento institucional y normativo, las cifras de feminicidio, desaparición y violencia sexual muestran que el Estado todavía no es capaz de garantizar condiciones mínimas de seguridad para todas.

Aunque la expresión "llegamos todas" es debatible, también es un horizonte político que exige coherencia entre el discurso y las acciones. Los proyectos que ya se han echado a andar muestran una voluntad clara de avanzar hacia la igualdad sustantiva, evidencian que el camino es largo y que los cambios estructurales se construyen, se financian y se sostienen en el tiempo.

La pregunta, entonces, no es si la presidenta dijo algo falso al afirmar que llegamos todas, sino si el Estado mexicano será capaz de sostener esa promesa frente a las inercias patriarcales, las desigualdades económicas y las resistencias políticas. Llegar no basta. Lo verdaderamente transformador será que ninguna mujer se quede atrás.

[1] Académica de El Colegio de la Frontera Norte, A. C. Correo electrónico: coutigno@colef.mx