
por Alberto Elenes
16/05/2025 10:00 / Uniradio Informa Baja California / Reportajes especiales / Actualizado al 16/05/2025
- El colectivo "Rastreadoras Nacionales de Desaparecidos" convierte esta barrera en una galería de memoria, mientras activistas mantienen un jardín binacional como símbolo de resistencia.
TIJUANA.- En una de las fronteras más vigiladas del mundo, donde la división geopolítica suele opacar la vida cotidiana, un grupo de madres decidió cambiar el relato.
Las vigas metálicas del muro fronterizo en Playas de Tijuana —erguidas por Estados Unidos para impedir el cruce irregular— se convirtieron en el escenario de una protesta íntima y poderosa. Allí, más de 500 fichas con los rostros de personas desaparecidas fueron colocadas por mujeres que no han dejado de buscar.
"Pues es que andamos en muchas partes para visibilizarlos, para si por ahí los traen o alguien en su momento vio algo, supo algo nos haga favor de decirnos Pues ese es nuestro objetivo, de que la gente los vean, y tienen ahí sus datos, para si gustan llamarnos", dijo María de la Luz Solís, madre buscadora de Zacatecas
Las integrantes del colectivo Rastreadoras Nacionales de Desaparecidos viajaron desde Zacatecas, Torreón, Coahuila, Veracruz, Sonora y otros estados. Aunque están a cientos o incluso miles de kilómetros del lugar donde sus familiares desaparecieron, no descartan que puedan estar en esta frontera.
"Los queremos dar a conocer para que sepan que no son una carpeta, no son un estado más, son seres humanos, y sus madres los buscamos hasta el cansancio. Aquí en el muro porque hay mucho migrante, hay mucho joven que ya está mal, o sea, yo pienso, si esta gente lo trae y si ya está mal, lo van a votar por donde sea, entonces, puede andar indigente, entonces, tenemos la esperanza de encontrarlos como sea", comentó Martha Angélica Martínez, madre buscadora de Zacatecas
La respuesta del público no se hizo esperar. Visitantes extranjeros, incluidos turistas asiáticos, se detuvieron frente a las fichas, tomaron fotos y preguntaron por los casos.
"Es que si vemos... si hay, mucha gente lo visita, entonces, ahoritaa veíamos, por ejemplo, que eran coreanos o de China... entonces ellos sí se quedaron un rato observando las imágenes, hicieron tomas. Creo que eso nos ayuda a dar difusión, a darles voz a nuestros desaparecidos", expresó Janette Soto, Rastreadoras Nacionales de Desaparecidos
La acción va más allá de las fotografías. A su alrededor, artistas visuales han comenzado a intervenir el muro con murales, mientras Daniel Watman —un activista ambiental y opositor a la expansión del muro— cuida el Jardín Nativo de la Amistad, un espacio donde crecen especies locales entre las vigas que dividen dos países.
"Queremos mandar el mensaje de que aquí también hay comunidad, hay flora, hay fauna... lo que es nativo de este lado, a tres metros sigue siendo el mismo ecosistema", dijo Daniel Watman, activista ambiental
El mensaje es claro: en la frontera no solo hay vigilancia y concreto. También hay vida, arte y resistencia. Y en medio de todo eso, hay madres que buscan a sus hijos, que los nombran una y otra vez hasta que alguien, en algún lugar, los vea.
Este muro, levantado para dividir, hoy une a madres, artistas y activistas en un mismo clamor: justicia, memoria y verdad. Porque mientras sus rostros sigan ahí, visibles al mundo, su desaparición no será silenciosa.