por Redacción
22/11/2025 07:45 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 18/11/2025
Datos recabados en Tijuana, Rosarito y Tecate muestran una constante: la calidad de las banquetas, cruces y corredores peatonales se traduce en vida urbana.
Tijuana, B.C.- La caminabilidad urbana se ha convertido en un eje fundamental para comprender el futuro de las ciudades y la forma en que se construye la vida cotidiana en ellas. En este contexto, la Sociedad de Urbanismo de la Zona Metropolitana de Tijuana abrió un espacio para reflexionar sobre el tema, a través de la voz del arquitecto y Maestro en Planeación Estratégica de Ciudades, Jair Navarro, quien presentó su análisis sobre la importancia de caminar como acto urbano, social y humano.
Jair Navarro subrayó que, en la era dominada por el tráfico y las ciudades orientadas al automóvil, caminar se ha convertido en una acción de libertad y resistencia. "No se trata solo de moverse, sino de reconectar con la ciudad, con los otros y con uno mismo", expresó.
Navarro explicó que hablar de caminabilidad es hablar de dignidad urbana, retomando las miradas de referentes como Jan Gehl y Jane Jacobs, quienes afirmaban que la vida urbana auténtica ocurre en las calles: en las interacciones humanas que llenan los espacios públicos y les dan sentido.
Como parte de su investigación "Caminabilidad Metropolitana: hacia un conducto de vitalidad urbana", Navarro sostiene una hipótesis contundente:
A mayor infraestructura urbana, mayor vitalidad para los usuarios en el entorno urbano.
Los datos recabados en Tijuana, Rosarito y Tecate muestran una constante: la calidad de las banquetas, cruces y corredores peatonales se traduce en vida urbana. "Donde hay infraestructura, hay personas; y donde hay personas, hay cultura, seguridad y comunidad", afirmó.
Navarro enfatizó que una ciudad caminable respira, porque el movimiento peatonal promueve la cohesión social, salud, sentido de pertenencia y calles activas. La caminabilidad genera entornos más seguros, inclusivos y económicamente vibrantes, activando comercios y fortaleciendo barrios.
Asimismo, señaló que avanzar hacia una ciudad que se pueda caminar requiere una transformación de conciencia urbana: dejar de ver las calles únicamente como vías de paso y comenzar a entenderlas como espacios de encuentro.
"Caminar no debería ser un privilegio, sino un derecho. Cada banqueta rehabilitada, cada árbol que da sombra y cada metro recuperado para el peatón es un metro ganado para la vida", destacó Navarro.
El arquitecto concluyó que el futuro de las metrópolis no recae exclusivamente en soluciones tecnológicas o megaproyectos, sino en recuperar lo esencial: la proximidad, la interacción y la escala humana.
"Caminar es volver a habitar la ciudad. Es volver a mirar, a sentir y a cuidar. Porque cuando una ciudad camina, su gente vuelve a vivirla", puntualizó.
Con estas reflexiones, la Sociedad de Urbanismo de la Zona Metropolitana de Tijuana refrenda su compromiso por fomentar una visión integral del territorio, que ponga al peatón al centro y construya ciudades más humanas, vivas y conectadas.